Éxodo

Éxodo
"Cielo e Infierno" de andar por casa, en un rincón del cosmos con viento de galaxia, a orillas del limbo, a la intemperie, entre olas de tiempo y espacio. Un nudo de materia...con palabras en la garganta.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Leyendo: NADA TE TURBE

Hace ya bastantes años, durante una caminata de Salamanca a Alba de Tormes, descubrí una fuente, la fuente de Santa Teresa. No solo alivió mi sed (caminaba en el calor de la dulce primavera), sino que me ofreció, grabado en cerámica, el principio de una poesía, poesía que ya nunca olvidé.

Ruido manso del agua, veloces aviones de pluma negra, cielo azul, piedra dorada de Villamayor (luz de Salamanca), soledad y silencio, acompañaron mi atenta lectura.
Siendo como soy, tan incrédulo como Spinoza (a efectos de creencias al uso y convencionales), pero tan místico, loco e insensato como Rumi o Ibn Arabi, y más en aquella adolescencia que se quería sumergir en el todo, y salir ileso del fuego del amor imaginado,  esta poesía "cristiana" de Teresa de Jesús o Teresa de Ávila, retoño potente de la raza judía, sació mi sed de equilibrio, paciencia y confianza, se grabó en mis neuronas, y ya para siempre acompañó, cual lazarillo de Tormes, a este Ashavero errante, incrédulo pero confiado.

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.


(Teresa de Jesús, Teresa de Ávila, siglo XVI)

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